Las viviendas son cada vez más pequeñas y su coste por metro cuadrado más alto por lo que el trastero se ha convertido en un elemento cada vez más deseado, hasta el punto de que, en ocasiones, el propietario que alquila su vivienda o garaje se reserva el derecho de uso del trastero anejo al mismo.
Atendiendo a su definición, un trastero es un espacio destinado a guardar objetos, “trastos” que no se usan frecuentemente, por lo que su uso es el de almacenaje de enseres, siendo esa su única función.
A pesar de ello, lejos de limitarse a ser destinado únicamente como almacén, en muchas ocasiones, vemos trasteros convertidos en gimnasios improvisados, taller de reparaciones varias, almacén frigorífico, cocina e incluso de vivienda improvisada.
El uso irregular del trastero puede ocasionar perjuicios al resto de los propietarios del edificio. En ocasiones por que la actividad lleva aparejado un aumento en el consumo de la luz significativo y, en muchas ocasiones, aunque no siempre, la electricidad está conectada al contador general y, por tanto, se abonará con cargo a los fondos comunes.
La sobrecarga de estas instalaciones, diseñadas con otro propósito, puede provocar un incendio y, en cualquier caso, pueden no ser acordes a la normativa vigente o que se produzcan siniestros que no estén cubiertos por el seguro del edificio.
Debe tenerse presente que tal y como señala el art. 7.2 de la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), el propietario u ocupante de un piso o local no pueden desarrollar actividades dañosas para la finca o que puedan ser calificadas como molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas.
Si se produce uno de estos casos y el propietario contraviene Ley, nos encontraremos ante una actividad prohibida legitimando a la comunidad o, en su defecto, al propietario directamente afectado a iniciar los trámites previstos para la acción de cesación regulada en el citado art. 7.2 de la LPH, que implica el requerimiento al infractor y, en caso de no cesar la actividad, la convocatoria de una Junta General para acordar el inicio de las acciones legales dónde el juez, además de requerir la cesación definitiva de la actividad prohibida y la indemnización de daños y perjuicios que proceda, podrá decretar la privación del derecho al uso del trastero, vivienda o local por tiempo no superior a tres años, en función de la gravedad de la infracción y de los perjuicios ocasionados a la comunidad. Si el infractor no fuese el propietario, la sentencia podrá declarar extinguidos definitivamente todos sus derechos relativos a la vivienda o local, así como su inmediato lanzamiento.
¿Se puede convertir una plaza de garaje en trastero?
Para poder modificar el uso de la plaza de garaje será necesario cambiar la escritura de propiedad horizontal, para lo que se requiere su aprobación por unanimidad de la junta de propietarios.
¿Qué objetos no se pueden depositar en un trastero comunitario?
No se pueden guardar en un trastero, por estar sometidos a normativa específica que lo regula por motivos de seguridad, salubridad y prevención de incendios, productos químicos peligrosos o materiales inflamables: Los explosivos y los materiales inflamables están totalmente prohibidos. No se pueden guardar bombonas de butano llenas, latas de gasolina o gasoil, material pirotécnico, fertilizante, herbicidas, pesticidas y otros elementos como las baterías de coche.
Guardar alimentos perecederos en un trastero podría dar malos olores y la aparición de roedores.
Tampoco se pueden guardar plantas en los trasteros, ya que no sobreviven en entornos sin luz solar y sin agua. No se pueden utilizar sistemas de regadío ya que podrían generar humedades en nuestro trastero y en el de los vecinos.
Esta totalmente prohibido guardar animales, aunque sea para un fin de semana, o para un solo día.
¿Puede utilizarse un trastero como vivienda o local?
No se puede utilizar como vivienda porque es un espacio que no reúne las condiciones de habitabilidad establecidas en el Código Técnico de la Edificación, y en las normas de planeamiento urbanístico, que lo dotan de un uso específico, que define recinto habitable como aquel recinto interior destinado al uso de personas cuya densidad de ocupación y tiempo de estancia exigen unas condiciones acústicas, térmicas y de salubridad adecuadas.
Como resumen, el uso de los trasteros según la LPH está perfectamente definido. Su conocimiento por parte de la comunidad de vecinos es absolutamente primordial para evitar cualquier problema de convivencia y peligros innecesarios.